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20 de diciembre de 2013

Cómo sobrevivir a la cola de un McDonalds.

En mi incansable labor por facilitaros la vida, ya que estáis tontos y tendéis a complicarosla en cuanto se os da el mínimo resquicio, he elaborado un pequeño pero elaborado manual para actuar en una de esas situaciones cotidianas de la que tanto callamos y de la que creo que es indispensable levantar el tabú: la cola del McDonalds.

Incluso me he tomado la molestia de marcaros los pasos a seguir, porque luego también os liáis y acabáis poniendo de Presidente a quien nadie dice haber votado, mandando a Eurovisión a cómicos de televisión o haciendo que Bustamante pierda la final de Operación Triunfo. Allá vamos, estad atentos:
  1. Entra en el McDonalds y ponte a la cola: recuerda que estamos en un restaurante de comida rápida, no en la pollería, así que nada de preguntar quién da la vez. Tú te pones ahí a cholón, donde te parezca a ti.
  2. Muestra seguridad ante el resto de clientes: nada más colocarte en la cola, inconscientemente te has sumergido en una guerra psicológica por ver quién tiene más dignidad e integridad. Si ves que tu cola se desvía de las cajas y en realidad se dirige al baño, nada de cambiarse. Tú vas al baño, meas (o finge mear en caso de tener la vejiga vacía), lavarse las manos es de maricones, y te vuelves a las colas. ¿Que vuelves a equivocarte y te has metido en la cola que va a los columpios infantiles? No pasa nada. Tú sigue ahí, te tiras por el tobogán, y regresas a las cajas.
  3. Odia en silencio: cuando ya has recorrido más colas que la boca de la ex-mujer de Pipi Estrada y has logrado llegar a la de pedidos, la estrategia a seguir es indignarte por la voracidad del sistema capitalista que lleva a las masas a concentrarse en un mismo punto en un mismo momento, colpasando el local, como si tú no fueras contribuyente de tal fenómeno. Miras a tu alrededor, proyectas en tu mente a toda esa gente siendo incinerada por dragones furiosos, sacas el móvil y twitteas que estás hasta la polla de la gente.
  4. Pasa a la agresión física camuflada: a estas alturas, ya te habrás dado cuenta de que hay al menos tres señoras intentando colarse y varios niños correteando entre la gente mientras sus papás les dicen "estáos quieeeeeeetos" o "¿a que nos vamos a casa?". Para eso estás tú ahí, para que haya justicia divina. A las señoras les propinas un codazo. Si te miran, tú mira al frente como si no te hubieses dado cuenta de nada. Cuando se giren, les das un empujón. Si te acusan de que les estás dando, un simple "¡señora, no invente!" bastará para calmar los aires. En cuanto a los niños, tendrás que tener un poco más de paciencia y esperar a que correteen justo por delante de ti. Será el momento oportuno para estirar la pierna y hacer que tropiecen. No sólo lograrás que las criaturas se estén quietas en el suelo, sino que además conseguirás que su papá les coja, les lance un combo colleja-regañina-tirón del brazo, y encima te pedirán perdón.
  5. Turno de pedir: después de media hora en esta cola (el tiempo de las demás colas es demasiado variable) y la cajera (o cajero, o, con un poco de suerte, cajero guapo) te pregunte por tu pedido, preguntarás "¿qué tenéis?". Después de señalarte los carteles a su espalda con los menús, preguntarás "¿qué me sale mejor?" y "¿qué ofertas tenéis?". Luego sacarás un puñado de tickets de descuento y le pides que te coja varios, pero te dirá que no son acumulables. Te indignas. Lo twitteas. Cuando ya te hayas decidido, te ofrecerán junto a tu pedido un helado o alitas para acompañar, que rechazarás. Mientras te estén preparando el pedido, les dirás "¡ay, la McRoyal sin pepinillo y las cocacolas sin hielo!". Cuando corrijan el pedido y te hayan cobrado 8€, llamarás su atención nuevamente para pedir el helado.
  6. Coge mesa: atraviesa la cola. Es algo así como una prueba final en la que debes sortear papás, niños corriendo y señoras intentando colarse mientras llevas una bandeja con tu menú y no se te puede caer nada. Tiras la cocacola sobre un niño. El papá le regañará y te tendrá que pagar una nueva. Va con hielo. Tú la quieres sin hielo. La cajera/cajero/cajero guapo tirará la que lleva hielo y te pondrá una nueva sin hielo. Quizá a estas alturas algo de lo que hayas pedido lleve escupitajo. No te preocupes, no te lo han cobrado. Al ir a por mesa, todo el local está lleno. Que ni te molestes en buscar una libre, vamos. Así que regresa a la caja y pide que te lo pongan para llevar.
  7. Disfruta de tu menú: te vas a la calle. Es diciembre y hace un frío de cojones. Pero tú acabas de ganar una batalla épica que pasará a los anales de la historia de la restauración familiar. Desenvuelves la hamburguesa, das el primer bocado... No han quitado el pepinillo. Que le den por culo.
Si así lo deseas, en McDonalds también puedes hacerte una foto-tuenti con Mario vaquerizo.
Y creo que no me dejo nada. Este manual es aplicable a Burguer King, Telepizza, Dominos Pizza, Pizza Hut no porque no tiene clientes, KFC, 100 Montaditos (donde además a la hora de hacer el pedido y te pidan el nombre les dirás algo así como "Chiquito de la Calzada") y Pans & Company. Espero que os haya sido de utilidad.

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