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15 de octubre de 2013

Hasta los cojones de la verdadera izquierda.

Soy de izquierdas, rojo, repúblicano, creo en el socialismo, en el comunismo, y creo en la lucha de clases. Y no hay nada que me toque más los cojones que los fanáticos de la izquierda. Porque considero que los pollos sin cabeza y los que tienen el brazo de madera están en la derecha. Pero resulta que no, que tontos hay en todas partes.

Resulta que si te opones a Cuba, a Venezuela o a Corea del Norte, eres parte del engranaje del sistema, eres un manipulador y no eres de la verdadera izquierda. Que sí, que muy bien que Cuba exporte médicos, que Venezuela expropie propiedades a bancos o empresas que hacen uso fraudulento de los recursos, o que Corea del Norte no tenga más armamento nuclear que cualquier otro país con potencial bélico. Perfecto. Cojonudo. Pero que yo sepa, la población cubana de a pie no tiene los lujos o calidad de vida que los Castro, o los venezolanos no tienen la misma cobertura sanitaria frente a un cáncer como la que tuvo Chávez, o nadie pudo arrebatar el liderazgo hereditario a Kim Jong-un. ¡Coño! ¡Qué comunismos tan raros, en cuyos líderes tienen privilegios que el resto de la población ni podría soñar! ¡Comunismos con jerarquías de poder! ¿Pero qué cojones?

No es que esté en contra de los gobiernos comunistas actuales. Simplemente estoy, a grandes rasgos, en contra de cualquier sistema de poder actual, pues si analizas cada uno de los gobiernos actuales todos ellos parecen tener superioridad jurídica, de derechos, de calidad de vida,... No sé, hay gente que por estas mismas cosas critica a Juán Carlos I, cosa que yo también hago. Pero lo hago con él y con todos esos campechanos mundiales que tienen los mismos beneficios a costa del alienamiento de sus pueblos.

Y me mantengo en mi postura: soy comunista. Pero también tengo dos dedos de frente. Los medios capitalistas manipulan la información. Pero ojito con los panfletos de nuestra propia izquierda, más cercanos a las octavillas que dan en misa que a un medio de información. Si la izquierda no progresa no es por el desacuerdo de las partes o porque la derecha capitalista y burócrata nos ponga constantemente la zancadilla. Es mucho más simple: tenemos una cantidad de falsos profetas que ni en el Antiguo Testamento, y nosotros les creemos, y aparte nos enemistamos entre nosotros por discrepancias tan simples como la ubicación de una coma en un texto estatutario.

Y mientras nosotros tenemos estas peleas "tan necesarias" para alcanzar el poder, y hablamos de gobiernos de los que tan solo sabemos por lo que leemos u oímos (ya cada uno deposita su fe en las comunicaciones que vea convenientes), el panorama se llena de gente sin empleo, niños sin calidad escolar o cobertura sanitaria suficiente, universitarios que no pueden costearse sus carreras, agresiones por cuestiones xenófobas u homofóbicas o mujeres víctimas del machismo. Todo eso a nivel global. Pero no nos preocupemos, que el problema es que la gente como yo ve agujeros en el socialismo actual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

llevas razón yo me considero de izquierdas y estoy en contra de las dictaduras, pues no representan al comunismo