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23 de enero de 2013

El guion cinematográfico (IV): de la idea a la estructura.

Siguiendo con mi loable misión de ilustraros en el laberíntico mundo del guion, me voy a adentrar un poquito más. Ya he dejado claro que en el guion hay que partir de una idea, la cual después hay que estructuralizar. Todas esas movidas ya las expliqué en el primer post, en el de la idea y en el de la estructura. Pues bien, vamos a ello.

La escritura debe ser espartana, clara, corta y directa. Al contrario de lo que estoy haciendo yo, no hay que usar demasiados adjetivos o adverbios, lo que predomina es el verbo, que esto no es literatura. Tampoco es apropiado incluir diálogos muy largos, siempre es mejor un diálogo corto, fuerte y contundente. A no ser que seas Tarantino. ¿Eres Tarantino? ¿No? Pues mejor hazme caso. Las descripciones también son cortas, y solo describimos lo argumental, lo que es esencial para la historia. Podemos estar en una habitación la cual imaginamos con un reloj de pared. Si ese reloj no afecta a la historia, no lo mencionamos, que para eso ya hay un departamento de arte.

Antes de seguir, dejaré claro lo que es el centro dramático: es el conjunto de intuiciones que uno quiere contar. A veces, las diremos con claridad, otras no aparecerán.

Para desarrollar la idea dentro de una estructura, las fases son:
  1. Incubación: algo nos da una idea, nos ha llegado el centro dramático, algo que queremos contar. Puede ser la base de una historia, y mejor que no te pille en la ducha o cagando, porque sería apropiado que lo registraras en papel. Ese pequeño registro se pule, le hacemos preguntas, y se le intenta dar estructura, en la que quizá empiezan a aparecer puntos de giro, planos,... Al final de esta fase, deberíamos ser capaces de hacer algo necesario y absurdo: una sinopsis.
  2. Desarrollo: tenemos la historia estructurada, los dramas parciales, la trama total, y la trama corregida y ajustada. La trama es, simplemente, lo que ocurre en la historia. La idea de la que hemos obtenido una historia la hemos estructurado y hemos llegado a esa trama. Se pone a prueba esa primera idea para ver si funciona. Se escribe el tratamiento: un guion sin diálogos en el que se describen las secuencias y se fragmentan.
  3. Escritura: tenemos la trama descrita y dialogada, los diferentes borradores y la versión definitiva.
  4. Reescritura: se analiza y se evalúa esa versión definitiva, se corrige y se realiza la escritura final. 
Y hasta aquí. Así visto, todo parece muy simple, pero ya me meteré en cosas más complejas en el siguiente post del guion. 

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