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31 de agosto de 2011

Escondidos en Brujas


Título original: In Bruges
Director: Martin McDonagh
Nacionalidad: Reino Unido
Duración: 107 minutos
Año: 2008
Reparto: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémence Poésy, Jérémie Rénier,...
Género: Thriller / Drama / Comedia


Sinopsis: Harry, un violento jefe de la delincuencia londinense, envía a sus matones a la pintoresca ciudad belga de Brujas, donde deben pasar desapercibidos y mantenerse a la espera de órdenes. Mientras Ken se conforma con mirar el paisaje, su compañero Ray se apresta a vivir aventuras. Antes de que pase mucho tiempo, Ray ya está experimentando graciosos y surrealistas encuentros con turistas, skinheads, enanos y prostitutas. Cuando por fin reciben la llamada de Harry, la diversión se convierte en una lucha a vida o muerte de proporciones oscuramente cómicas.

Calificación personal: 7,8

Crítica: Película que funciona a la vez como thriller y como comedia dramática. Cargada de humanidad y de patetismo, maneja y balancea el humor y el drama con asombrosa agilidad, con muy mala leche, y con ese toque de suciedad que solo el cine inglés es capaz de recrear. La película acaba resultando un logro.


La ciudad de Brujas actúa como un perfecto McGuffin para que la relación entre los estrambóticos y excesivos personajes desarrollen una relación, cuanto menos, extrema. Por una parte, Colin Farrell interpreta a un asesino novato y llorica, inmerso en un profundo drama personal, razón por el cual se encuentra en Brujas, y que le aburre y desespera la tranquilidad y sosiego de la ciudad. En el otro cabo, Brenda Gleeson hace de un asesino experimentado, tranquilo, humanista, amante de la cultura y de las pequeñas cosas que puede proporcionar la visita a la ciudad. Y pese a sus enormes diferencias, los extremos se atraen, y conforman una pareja que encaja y que hace avanzar la trama con dinamismo. Por último, tenemos a Ralph Fiennes en uno de esos papeles que tan bien le sientan, desmesurado, capaz de pasar de la serenidad al ardor en un instante. Enormes los tres, cada uno en su rol sabe muy bien lo que se hace. 


No es una película lenta, pero tampoco destaca por un avance continuo. Está muy caracterizada por el cine mas europeo en este sentido, ya que no hay demasiada acción hasta bien entrada la trama. Le interesa profundizar en los personajes y que sean estos los que hagan interesante lo que está ocurriendo. Tiene sus momentos de surrealismo, que le dan un toque especial a la cinta y concuerdan en todo momento. Y los diálogos (por dios, fundamental verla en versión original) son fenomenales, quizá por lo absurdo que resultan, pero no dejan de ser agudos y perspicaces. El apartado técnico, contundentemente, funciona como una guía turística de la ciudad.


La ejecución de la conclusión es perfecta. Una media hora que la llena por completo Ralph Fiennes, arrebatándole todo el protagonismo que hasta ahora había copado el dúo protagonista. Toda la acción de la película se desarrolla aquí, y evita la obviedad en todo momento, haciendo que todo quede bien trenzado y mascado. Si bien la trama que acabamos de presenciar es bien simple, sin muchas posibilidades, resulta muy amortizada y trabajada, y acaba resultando una sorpresa. 


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